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Lync 2010: Ese gran tocapelotas

RinkuTrollIcon

Me encuentro inmerso en la aventura de montar en mi curro toda una infraestructura de VDI’s (escritorios virtuales que los Lusers ven en sus pantallas, pero que realmente se están ejecutando en servidores muy gordos a varios cientos de kilómetros) y virtualización de aplicaciones, para que mis queridos Lusers cambien su PC de hace 350 años por un pequeño ThinClient que lo único que hará es conectar a los servidores gordos que os comentaba.

En entornos corporativos, rara es la vez que comienzas un proyecto de este tipo y todo funciona correctamente a la primera. Más que menos, vas puliendo todo, diseñando y aplicando políticas de seguridad, restricciones… lo dejas todo, como se suele decir, «nikelao» para que los Lusers puedan trabajar rápida y eficientemente y sin salirse ni una micra del camino marcado a seguir. Que tienden a perderse mucho, los pobres.

Pero claro, siempre hay algún programa o aplicación «crítica» para la empresa. Lync suele ser una de ellas.

¿Qué es Lync? Me preguntas mientras clavas tu pupila en mi pupila…

Lync viene a ser para las empresas lo que el MSN Messenger es era para las chonis. Una ventanita con una lista de contactos con los que puedes chatear, hablar, hacer videoconferencia, compartir archivos y pantalla. Pero en plan serio, claro, y entre contactos internos de la empresa. Lo que antes se llamaba «Communicator».

Siendo un producto de Microsoft, piensas que no te dará problemas de integración ni cosas raras. Pero sí. Microsoft Lync 2010 es en sí una gran cosa rara.

¿Cuál es el problema?

El problema es que Lync es idiota.

Castiel and Dean FBI

  • Hay que decirle cuál es su servidor, y que tiene que confiar en él para que no aparezca una ventanita preguntando eso de «¿Confío en este servidor? ¡Mira que no me termino de fiar!».
  • Él solito instala Silverlight, ese quiero y no puedo de Flash que hizo Microsoft. Y lo instala nada más que para mostrar una estúpida pantalla de bienvenida con diapositivas de colores ‘cayéndose’ y saturando la puta sesión del Luser. Y además, un par de runtimes de Visual Studio.
  • Hay dos versiones del cliente: 32 bits y 64 bits. Mientras que Microsoft recomienda instalar siempre la versión 32 bits de su Office aún en entornos de 64 bits, en el caso de Lync no te permite elegir. 32 al 32 y 64 al 64. PERO: no existe como tal una versión de 64 bits. Lo que tienes es una versión de 32 enrollada en un instalador de 64. No sé hasta qué punto esto es útil  para algo.

Eeeen fin, el caso es que hasta dejar Lync bien instalado como para que dé asco y quieras desinstalarlo de lo bien que va, hay que penar un poco.

En mi caso, un gran porcentaje de las VDI’s van a ir destinados a usuarios cuyo trabajo es totalmente mecánico con una aplicación que no requiere guardar datos. Por tanto, su perfil de Windows será destruido en el momento en que desconecten su sesión, y se regenerará de nuevo la siguiente vez que se conecten.

¿Y qué hace Lync cada vez que se inicia un nuevo perfil?

Cantidad de cosas molestas:

  • Inicia una estúpida reinstalación/reconfiguración desde su MSI almacenado en el noveno círculo del infierno. Nadie sabe lo que hace, nadie sabe por qué ni para qué lo hace. Pero pierdes unos exasperantes y preciosos segundos viendo esta mierda avanzar:

Rinku

  • Tiene miedo. Tiene tanto miedo que nos muestra esta molesta pantalla:

Rinku tiene miedo

  • Quiere total protagonismo. Arranca automáticamente, y salta su ventanuco en primer plano, cuando lo más óptimo sería que se quedara minimizadito y molestase menos.
  • Una vez se le pasa el miedo, nos da la bienvenida con un pantallón en Silverlight que normalmente se queda colgado hasta que pasan varios segundos. Gracias, Lync, por darme la bienvenida al Lync, mister Obvio:

Rinku Welcome
 

  • Hace ESO que tanto le gusta hacer a los mensajeros instantáneos de Microsoft: en vez de minimizarse en un iconito a la derecha de la barra de tareas (junto al reloj), se queda un espacio ocupado como si fuera un programa normal. Personalmente, odio esto con todas mis fuerzas:

Rinku abundante

¡Es horrible! ¿Qué puedo hacer para solucionarlo?

Tranquilo, querido BOFH. Si algo bueno tiene la informática, es que puedes hacer casi de todo. Aunque en el caso de Windows haya que dar diez mil vueltas para las cosas más idiotas. Vamos pasito a pasito:

  • Para evitar la reinstalación o reconfiguración de Lync en cada creación de perfil con el dichoso «Espere mientras Windows configura Microsoft Lync 2010» (o «Please wait while windows configures Microsoft Lync 2010»), veremos que se pueden dar dos casos:
    • Está documentado en la Microsoft Deep Web (vamos, que cuesta la vida encontrarlo, y para colmo dio con la solución un BOFH cualquiera) que lo que le pasa a Lync es que no encuentra una carpeta que ni siquiera debería buscar. Para asegurarte de que esta estupidez es lo que le pasa a tu Lync, puedes mirar si en el visor de eventos de Windows se informa de un 1004 del MSI Installer. Eso se arregla con la siguiente estupidez: crea la carpeta OCSetupDir en la unidad donde está Windows. Vamos, que crees c:\OCSetupDir. Y arreglao.
    • A veces, el workaround que te acabo de poner tampoco funciona. Así que la solución pasa por desinstalar Lync de tu VDI base (se quedan los runtimes de C++ y Silverlight), y volver a instalarlo con las opciones /install /silent. Mano de santo, oigan. Esto se me ocurrió recordando la guerra que daba Office 2003 si no se instalaba ‘bien’ desde un primer momento. Y mire usté por dónde.
  • Para evitar que entre en pánico con temas de confianza, tenemos que toquetear en el DNS. Para no enrollarme, os pongo el link a la solución en Technet directamente.
  • Para que no se abra en primer plano y se inicie directamente minimizado (ya echaremos mano de él cuando lo necesitemos), ni nos enseñe el cartelito de bienvenida, ni se quede ocupando espacio en la barra de tareas al minimizar, echaremos mano de una GPO donde introduciremos las siguientes entradas en el registro (en GPO\Configuración de usuario\Preferencias\Configuración de Windows\Registro):
Rinku AutoOpen
Así evitamos que no se inicie en primer plano, sino minimizado.
Rinku FirstRunPlayed
Así le engañamos haciéndole creer que ya nos ha enseñado su estúpida presentación para que no lo haga más.
Rinku MinimizeWindow
Y así le decimos que, en vez de ocupar espacio en la barra de tareas, se minimice en un iconico junto al reloj a la derecha.

 

Esto es todo. Espero haber ayudado al menos a algún compañero harto de Lync a tener su entorno más ‘maqueadito’.

Bendiciones...

Bendiciones… y buenas noches.

No me refiero, por supuesto, a las guerras que matan gente. «Las guerras que matan deso«, que diría mi amiga Mar.

Me refiero a las que siempre tenemos entre usuarios de diferentes plataformas. Ya sean móviles, ordenadores, PC’s, coches, motos, o cualquier cosa que se os ocurra.

¿Por qué no nos limitamos, simplemente, a disfrutar de lo que tenemos? Pues porque somos unos grescas. ¿Cuántos de aquí no hemos tenido una pelea de «pequeños» con algún colega porque él tenía una SuperNintendo y nosotros una Megadrive? ¿En cuántos debates Mario VS Sonic habéis participado? ¿Eh? ¿¡EN CUÁNTOS!? Pues eso.

Personalmente, el que suscribe -y he ahí el motivo de este post- es usuario de Apple. Tanto de iMac como de iPad e iPhone. De MacBook Pro ya no, que mi hermano hizo magia y mató a mi viejo A1150 con solo ponerle una yema del dedo encima, y el que me quise comprar ayer (el nuevo), no pudo ser porque al darle al botón de pagar, sonaba la típica risa de Nelson a lo lejos, proveniente de mi sucursal del banco. Bastardos…

Maldito Jobs...

¿Y si os digo que he perdido la cuenta de cuántas veces me he tenido que justificar por ello? Enumeremos unas cuantas paridas que me han dicho:

  • Pos pa llamar y enviar mensajes no hace falta un teléfono de 800 euros (iPhone).
  • Pos pa tener un marco gordo de fotos digital no me gasto 800 euros (iPad).
  • Pos los Mac esos no valen na más que pal Photosphop (iMac).
  • ¿Qué hace tu iPhone que no haga mi Alcatel One Touch Easy?

Y un largo etcétera. No voy a ponerme a atacar a Windows ni a Android ni a defender a Apple. Simplemente, voy a comentaros algunas cosillas chulas e interesantes que hago con mis cacharricos con suma facilidad, comodidad y -también es importante- vistosidad.

Bueno, os presento mi reencarnado iPhone 4. El anterior decidió suicidarse por las escaleras de caracol (metálicas) de mi dúplex y se hizo literalmente añicos el cristal. Menos mal que tenía puesto un film protector, si no, estaría años encontrando microcristalitos por mi casa:

Mi pantalla principal tiene lo realmente importante en la vida (XD). Lo que más uso, vamos. Si, estoy MUY viciado al Bejeweled 2, ¿algún problema?

Huy, disculpadme esta excusa barata para poner una tira que hice hace unos meses al respecto, jurjur:

Bien, volvamos al iPhone. ¿Qué puedo hacer con él? Ilustremos algunos ejemplos, aparte de lo obvio (navegar, correo, escuchar música, ver vídeos, facebook, twitter, jugar, viajar con GPS, compartir fotos y vídeos, escribir notas, consultar el tiempo, blablablabla).

1. Vigilar mi casa y mi perrín.

Tengo un CCTV en casa y normalmente mi perro (mezcla mitad pastor alemán, mitad bisonte de las praderas con ascendente a antílope) se pasa las horas durmiendo en la entrada o asomado a la ventana del salón. Desde la aplicación «Surveillance PRO» que podéis ver en la pantalla principal de iPhone, puedo acceder a las cámaras, moverlas, configurarlas, configurar alertas, grabar vídeo, tomar capturas y un largo etcétera. En versiones posteriores, podré incluso escuchar y hablar, como puedo hacer ahora desde un PC con Windows (controles ActiveX de los cojoneX).

Mirad mi perrín haciendo el moonwalk en la pared… posturitas, iho…

2. Conectarme a cualquier ordenador PC/Mac/Linux y manejarlo desde cualquier sitio.

Hay de hecho, varias maneras de hacerlo. Una de las más míticas, por ejemplo, es con LogMeIn. Por suerte, abrirse cuenta en LogMeIn es gratuito; desgraciadamente, la app LogMeIn Ignition para iPhone es algo carilla. Pero vale la pena, oigan. Imaginaos que estáis de viaje, o en el bar, o nadando en la piscina. Bueno, nadando en la piscina no. Eso, imaginad que estáis lejos de vuestros ordenadores, o sois administradores de sistemas de guardia. Con un iPhone/iPad con 3G, podréis conectaros a cualquier ordenador o servidor y desfacer todo tipo de entuertos que se puedan presentar. O mandar por mail una foto que tengáis en casa, o poner a bajar el último episodio de V, o LO QUE SEA. O cuando llama vuestra madre porque no le va el eMule, ¿qué? ¡Ganaos la herencia! Posibilidades ilimitadas, oigan.

3. Consolica unix/linux.

Los que somos informáticos y/o frikis, sabemos que no hay nada tan potente como una consola de comandos. Y estos cacharrines corren sobre un Darwin (wikiiiiii!!!). Esto, unido a las posibilidades de conexión de las que os hablaba antes, permite hackear bancos, haceros ricos, parar guerras nucleares, destruir Matrix y hasta juanquear WiFis. Lo peor es que es totalmente cierto, pero claro, hay que saber.

 

No, sir, I'm serious.

¡No olvidéis cambiar vuestras contraseñas de root, amiguitos!

4. Traducir en tiempo real con realidad aumentada.

¿Qué? ¿En serio? Pues si, es impresionante. Basta con apuntar vuestra cámara a cualquier texto medianamente legible para que veáis en pantalla, sin tocar nada más, la traducción al idioma que deseéis. Actualmente, las traducciones son un poco chusteras y dependen mucho de que tengáis más o menos buen pulso, pero no me digáis que esta tecnología no es prometedora…

5. Localizar dispositivos robados y perseguir a los ladrones para torturarlos.

Admitámoslo, son aparatos muy odiados por muchos, y muy codiciados por otros. Al llevar un sistema de localización, no solo puedes saber dónde está tu iPhone, tu iPad o tu MacBook, sino que además puedes (silenciosamente) tomar fotos con las cámaras (frontal o trasera), enviar mensajes, hacer sonar ruidos molestísimos y lo que para mi es más importante, borrar absolutamente todos los datos en remoto, con posibilidad de hacer un backup primero y bajárnoslo. Así puedes pillar a tus ladrones, o al menos, impedir que se hagan con tus preciosísimos datos. Ya no solo por las fotos o los vídeos, la agenda o los correos. Tened en cuenta, como habéis visto un poco más arriba, que tenemos configuradas conexiones a nuestros ordenadores, a nuestra empresa, etc. Tenéis soluciones como «Find my iPhone» de la propia Apple, o aplicaciones de terceros como «Cylay». Muy recomendable tener al menos una configurada.

En fin, son cacharrillos con posibilidades infinitas. Una auténtica delicia de los que disfrutamos, como os decía al principio, de la eficiencia, facilidad, comodidad y deleite visuash.

¿Que preferís Android? Pues bien por vos. ¿Que consideráis que es mejor Ubuntu que Windows o MacOS? Pues viva vosotros. Si realmente cada uno usa lo que le da la gana, por suerte podemos elegir. No gastéis tiempo atacando, cansinos.