Música

Probando Google Music (beta)

Hace nada os escribí probando Google+, y ya van chopocientos millones de usuarios. Ahora me han enviado una invitación para Google Music, y paso a contaros también la experiencia :)

Todo empieza, como os digo, por la invitación. Esta la envía alguien que YA está en Google Music (obviamente) y llega por correo (más obviamente aún):

Los siguientes pasos son igualmente obvios: asociar una cuenta de Google a la de Music, seleccionar géneros que te gusten para recibir recomendaciones y canciones en tu cuenta, y descargar un Music Manager que conecta tu mundo real con tu mundo imaginario. Vamos, que sube a internet (oh, «la nube») las canciones que tengas en tu iTunes, carpetas, etc.

Music Manager se instala en Mac como un elemento del Panel de Preferencias, al que se puede acceder desde el propio panel y desde un icono en la barra superior:

Una vez configurados los cuatro pasitos, la música empieza a subirse, y en la página de nuestra cuenta, YA tenemos una serie de canciones que Google etiqueta como «Free songs» de acuerdo (al parecer) con los géneros que hemos elegido en el proceso de registro. Ergo ya podemos empezar a escuchar música:

Mientras tanto, nuestra música se sigue subiendo en segundo plano y se va agregando a nuestro player web. Incluso se sincronizan las listas de reproducción de iTunes, como podéis ver en la captura anterior. En el player web, las opciones de configuración son muy escasas, y las de reproducción, las justas y necesarias. Hay una pequeña flechita que aparece si dejamos el ratón encima de una canción, que invoca un menú contextual con las opciones disponibles:

En la barra lateral, hay un «Instant mixes [+]» que nos hace una especie de playlist con canciones que «peguen» con la que hemos seleccionado al hacer el mix. Por ejemplo, con «Carry on wayward son», las que se supone que hacen un buen mix son estas:

También, como en cualquier reproductor-biblioteca que se precie (como iTunes o Windows Media Player), se pueden seleccionar álbumes, géneros, artistas, etc:

Como véis, las canciones y los álbumes tienen carátula. Las que Google me ha «regalado» y las que se van subiendo de mi iTunes. Supongo que de iTunes pillará las mismas carátulas que yo les pusiera a los álbumes en su día. Aquí os dejo una vista de álbum:

Hay algo diferente, en cambio, con el tema de las calificaciones de las canciones. Mientras iTunes o Windows Media Player nos dejan calificar las canciones con estrellitas, aquí solo hay «thumbs up» o «thumbs down». Vamos, «me mola» o «no me mola». Por eso, se crea automáticamente una playlist con las que «nos molan».

De momento, poco más. No tengo un Androide para probar la supuesta aplicación que hay, y para iOS, supongo que tendremos que esperar aún más por la app que con Google+, ya que todo esto choca frontalmente con la tienda iTunes de Apple y sus planes de llevar la música a la nube.

¡Seguiremos informando! Y ahora, una sutil nota que nadie leerá:

YA NO ME QUEDAN INVITACIONES. SOLO TENÍA DOS, PERO YA ESTÁN ADJUDICADAS. GRACIAS.

Bienvenidos todos, hijos míos, a este nuevo blog que pretende ir en plan profesional y que inauguro de la manera más friki y contraproducente para el mundillo laboral en el que me muevo. Pero la ocasión lo merece, creedme. Habréis llegado aquí desde Twitter, desde Facebook o desde sepa diox dónde. Eso quiere decir que sois conocidos míos, o al menos hemos cruzado alguna palabra y media. Gracias por venir, poneos cómodos y participad. Gracias, gracias, gracias.

Soy Javier Lobo, Lobo para los amigos o cosas más graciosas para los muy amigos. Informático desde los 8 años (si, ¿qué pasa?) que empezó, como el título de este post, con un Spectrum y su BASIC.

Apasionado de los videojuegos, las consolas, la música, el vídeo y en general, cualquier cosa que se pueda medir en bits, he dedicado mi vida profesional y mi ocio a esto de la informática. Y lo peor es que me gusta.

Actualmente, soy administrador de Sistemas en una multinacional del telemarketing que no para de crecer. Una gran empresa donde, si mi sueldo fuera directamente proporcional al crecimiento de la misma, ya tendría un par de chalecitos en Cancún por lo menos.

Hay quien cree que soy Wardog. O ¡incluso aseguran! que soy Wardog. No, hijos míos, no soy Wardog. Wardog es mi dios, y podéis visitar a mi dios aquí.