iOS

No me refiero, por supuesto, a las guerras que matan gente. «Las guerras que matan deso«, que diría mi amiga Mar.

Me refiero a las que siempre tenemos entre usuarios de diferentes plataformas. Ya sean móviles, ordenadores, PC’s, coches, motos, o cualquier cosa que se os ocurra.

¿Por qué no nos limitamos, simplemente, a disfrutar de lo que tenemos? Pues porque somos unos grescas. ¿Cuántos de aquí no hemos tenido una pelea de «pequeños» con algún colega porque él tenía una SuperNintendo y nosotros una Megadrive? ¿En cuántos debates Mario VS Sonic habéis participado? ¿Eh? ¿¡EN CUÁNTOS!? Pues eso.

Personalmente, el que suscribe -y he ahí el motivo de este post- es usuario de Apple. Tanto de iMac como de iPad e iPhone. De MacBook Pro ya no, que mi hermano hizo magia y mató a mi viejo A1150 con solo ponerle una yema del dedo encima, y el que me quise comprar ayer (el nuevo), no pudo ser porque al darle al botón de pagar, sonaba la típica risa de Nelson a lo lejos, proveniente de mi sucursal del banco. Bastardos…

Maldito Jobs...

¿Y si os digo que he perdido la cuenta de cuántas veces me he tenido que justificar por ello? Enumeremos unas cuantas paridas que me han dicho:

  • Pos pa llamar y enviar mensajes no hace falta un teléfono de 800 euros (iPhone).
  • Pos pa tener un marco gordo de fotos digital no me gasto 800 euros (iPad).
  • Pos los Mac esos no valen na más que pal Photosphop (iMac).
  • ¿Qué hace tu iPhone que no haga mi Alcatel One Touch Easy?

Y un largo etcétera. No voy a ponerme a atacar a Windows ni a Android ni a defender a Apple. Simplemente, voy a comentaros algunas cosillas chulas e interesantes que hago con mis cacharricos con suma facilidad, comodidad y -también es importante- vistosidad.

Bueno, os presento mi reencarnado iPhone 4. El anterior decidió suicidarse por las escaleras de caracol (metálicas) de mi dúplex y se hizo literalmente añicos el cristal. Menos mal que tenía puesto un film protector, si no, estaría años encontrando microcristalitos por mi casa:

Mi pantalla principal tiene lo realmente importante en la vida (XD). Lo que más uso, vamos. Si, estoy MUY viciado al Bejeweled 2, ¿algún problema?

Huy, disculpadme esta excusa barata para poner una tira que hice hace unos meses al respecto, jurjur:

Bien, volvamos al iPhone. ¿Qué puedo hacer con él? Ilustremos algunos ejemplos, aparte de lo obvio (navegar, correo, escuchar música, ver vídeos, facebook, twitter, jugar, viajar con GPS, compartir fotos y vídeos, escribir notas, consultar el tiempo, blablablabla).

1. Vigilar mi casa y mi perrín.

Tengo un CCTV en casa y normalmente mi perro (mezcla mitad pastor alemán, mitad bisonte de las praderas con ascendente a antílope) se pasa las horas durmiendo en la entrada o asomado a la ventana del salón. Desde la aplicación «Surveillance PRO» que podéis ver en la pantalla principal de iPhone, puedo acceder a las cámaras, moverlas, configurarlas, configurar alertas, grabar vídeo, tomar capturas y un largo etcétera. En versiones posteriores, podré incluso escuchar y hablar, como puedo hacer ahora desde un PC con Windows (controles ActiveX de los cojoneX).

Mirad mi perrín haciendo el moonwalk en la pared… posturitas, iho…

2. Conectarme a cualquier ordenador PC/Mac/Linux y manejarlo desde cualquier sitio.

Hay de hecho, varias maneras de hacerlo. Una de las más míticas, por ejemplo, es con LogMeIn. Por suerte, abrirse cuenta en LogMeIn es gratuito; desgraciadamente, la app LogMeIn Ignition para iPhone es algo carilla. Pero vale la pena, oigan. Imaginaos que estáis de viaje, o en el bar, o nadando en la piscina. Bueno, nadando en la piscina no. Eso, imaginad que estáis lejos de vuestros ordenadores, o sois administradores de sistemas de guardia. Con un iPhone/iPad con 3G, podréis conectaros a cualquier ordenador o servidor y desfacer todo tipo de entuertos que se puedan presentar. O mandar por mail una foto que tengáis en casa, o poner a bajar el último episodio de V, o LO QUE SEA. O cuando llama vuestra madre porque no le va el eMule, ¿qué? ¡Ganaos la herencia! Posibilidades ilimitadas, oigan.

3. Consolica unix/linux.

Los que somos informáticos y/o frikis, sabemos que no hay nada tan potente como una consola de comandos. Y estos cacharrines corren sobre un Darwin (wikiiiiii!!!). Esto, unido a las posibilidades de conexión de las que os hablaba antes, permite hackear bancos, haceros ricos, parar guerras nucleares, destruir Matrix y hasta juanquear WiFis. Lo peor es que es totalmente cierto, pero claro, hay que saber.

 

No, sir, I'm serious.

¡No olvidéis cambiar vuestras contraseñas de root, amiguitos!

4. Traducir en tiempo real con realidad aumentada.

¿Qué? ¿En serio? Pues si, es impresionante. Basta con apuntar vuestra cámara a cualquier texto medianamente legible para que veáis en pantalla, sin tocar nada más, la traducción al idioma que deseéis. Actualmente, las traducciones son un poco chusteras y dependen mucho de que tengáis más o menos buen pulso, pero no me digáis que esta tecnología no es prometedora…

5. Localizar dispositivos robados y perseguir a los ladrones para torturarlos.

Admitámoslo, son aparatos muy odiados por muchos, y muy codiciados por otros. Al llevar un sistema de localización, no solo puedes saber dónde está tu iPhone, tu iPad o tu MacBook, sino que además puedes (silenciosamente) tomar fotos con las cámaras (frontal o trasera), enviar mensajes, hacer sonar ruidos molestísimos y lo que para mi es más importante, borrar absolutamente todos los datos en remoto, con posibilidad de hacer un backup primero y bajárnoslo. Así puedes pillar a tus ladrones, o al menos, impedir que se hagan con tus preciosísimos datos. Ya no solo por las fotos o los vídeos, la agenda o los correos. Tened en cuenta, como habéis visto un poco más arriba, que tenemos configuradas conexiones a nuestros ordenadores, a nuestra empresa, etc. Tenéis soluciones como «Find my iPhone» de la propia Apple, o aplicaciones de terceros como «Cylay». Muy recomendable tener al menos una configurada.

En fin, son cacharrillos con posibilidades infinitas. Una auténtica delicia de los que disfrutamos, como os decía al principio, de la eficiencia, facilidad, comodidad y deleite visuash.

¿Que preferís Android? Pues bien por vos. ¿Que consideráis que es mejor Ubuntu que Windows o MacOS? Pues viva vosotros. Si realmente cada uno usa lo que le da la gana, por suerte podemos elegir. No gastéis tiempo atacando, cansinos.

Dos días con un iPad

Y es que después de la entrada anterior, esto era altamente inevitable.

Gracias al trabajito que hicimos Nèst y yo en Valdepeñas hace unas semanas, me he animado a adquirir el iPad. Como dice mi amighermano Kase, bordeando la legalidad. Claaaro que si. Y vale que es de segunda mano (no robado), pero si os digo que tiene dos semanas de uso igual me he pasao de largo.

Curiosamente, desde hace unos años, cada producto que saca Apple tiene por igual una legión de fervientes seguidores, y justo enfrente, una legión de furiosos haters («odiadores») de los que ya hay casos documentados de cambio de chaqueta. He leído en algunos «prestigiosos blogs» cómo esos bloggers decían «dios, he pasado de odiar este cacharro a no poder vivir sin él». Sinceramente, nunca lo ví muy útil, pero me pasó lo mismo con el iPod, el iPod Touch, el iPhone… ¿por qué iba a ser diferente? Como dijo el sr. Jobs, este cacharro tiene algo de «mágico». Y qué razón tiene. No me preguntéis qué exactamente, pero lo tiene. Bueno, voy a tratar de ser imparcial.

Los haters dicen: ES UN MARCO DE FOTOS DIGITAL CARÍSIMO. Veredicto: CIERTO. Cuando bloqueas el dispositivo, hay un botoncito para activar el pase de diapositivas y fotos. Todo lo que tengas almacenado en tus álbumes de fotos, irá pasando sinuosamente por la pantalla del iPad mientra no se toque. Si se quiere, claro. Pero no SOLO es un marco de fotos digital, hijos míos.

Los lovers dicen: ES EL ESLABÓN PERDIDO ENTRE EL PC, EL PORTÁTIL Y LOS TELÉFONOS MÓVILES. Veredicto: CIERTO. Un iPad no es para hacer lo que haces en un PC. Tampoco sirve como sustituto del portátil. Ni del teléfono móvil. Realmente es un «gestor de contenidos multimedia» como creo que lo llamaron por ahí. Puedes ver fotos, vídeos, leer libros, jugar, crear o editar documentos, gestionar el correo, estar en todas las redes sociales del planeta, escuchar música, navegar por internet… y todo con la comodidad de esa gran (en todos los sentidos) pantalla táctil que tiene.

Y os lo digo yo: no es lo mismo pegar cuatro dedazos en el iPad de exposición que os encontráis en un MediaMarkt o en una Apple Store que estar cómodamente en el sofá de vuestra casa comprándoos el iPhone 4 desde el iPad (que esa es otra historia xD), o viendo Facebook o Twitter en aplicación, en web, o desde Flipboard como si fuera un periódico. FIjaos:

Como os decía, la navegación por cualquier tipo de aplicación, ya sea Safari, iPod, fotos, mapas, iBooks o lo que sea es sencillamente toda una experiencia. La velocidad con la que aumentas o reduces una imagen, pasas de página, rotas, lanzas, borras, creas es impresionante. La reproducción de vídeo también es magnífica. Incluso desde YouTUBE. Por cierto, la aplicación «YouTUBE» es potentísima:

Y bueno, como en todos los dispositivos móviles de Apple, cuando llega el jailbreak, llega la máxima potencia desatada y los nuevos mundos de experiencias. Me muero por instalarle a este cacharro una consola de terminal Unix (ya sabéis que iOS va sobre Unix/Linux), configurar la VPN del curro y poder trastear en todos los servidores de la empresa desde la pantalla táctil de mi iPad tirado en el sofá. Por poner un ejemplo. :)

¿Para todos los públicos, o solo para frikis? ;)