No os voy a contar nada que no sepáis ya a estas alturas. Solo quiero dejar constancia de la vergüenza ajena que me da la clase política de este país. Y más aún, la pasividad de la gente, que damos por sentado que gobierne quien gobierne, son todos iguales, unos ladrones que no pararán hasta forrarse a nuestra costa. Y no solo eso: preferimos a dos ladrones sobre todos los demás posibles. El «más vale malo conocido».
Tampoco me voy a poner cansino para que votéis o no votéis, o para que votéis o no votéis a determinado partido. Algo está cambiando en la sociedad, por suerte, y lo estamos viendo por twitter, por facebook, por tuenti (los que tengan) y por fin, en la vida real. Fotos y vídeos de gente REAL que está actuando por fin reclamando lo que nunca se debería haber llegado a reclamar.
Serán rojos, fachas, perroflautas, ninis, lo que queráis, pero ahí están. Enfrentándose pacíficamente a policías que no han hecho sino recibir órdenes de desalojo y -creedme- tampoco tienen mayor culpa.
Siempre me ha parecido que la movilización social era inútil. Recuerdo cuando todo el país se echó a la calle para suplicar a unos terroristas que no asesinasen a Miguel Ángel Blanco. No sirvió de nada, solo para sentir cierto orgullo por mis paisanos.
Si esta vez servirá para algo que todo el país se haya echado a la calle, no lo sé, pero es evidente que se está molestando a quien se tiene que molestar. La clase política ha censurado el evento, y ha mandado desalojar la acampada en Sol de mala manera. Insisto en que no deberíamos tomarla con los policías, ellos solo siguen órdenes que deben seguir si quieren mantener sus trabajos. Y también tienen hipotecas, familias y preocupaciones como el resto.
De no ser por las redes sociales y los miles de «periodistas» anónimos, apenas nos habríamos enterado de estas iniciativas. La prensa nacional apenas ha hecho mención de hechos que se están comentando a lo largo y ancho de todo el planeta. Es otro logro: se ha dejado patente una vez más que los medios están controlados de una manera brutal y descarada. No hay libertad de información dentro de los medios oficiales, y son las redes sociales y los blogs anónimos los que muestran la realidad.
Viendo que las fuerzas policiales han recibido la orden de disolver la acampada por la fuerza, creo que es algo que -entendedme- viene bien para el propósito de la misma: que se vea y que se oiga a toda la gente que está hasta las narices de cómo se hacen las cosas en este país. Las fotos y vídeos del desalojo están en muchas, muchísimas pantallas hoy.
En un primer momento, se consiguió «disuadir» a la policía:
Pero como os digo, una orden es una orden:
Enhorabuena a los que han participado de alguna manera en todo este mogollón. Desde el que ha retwiteado alguna cosa al respecto hasta el que ha sido apaleado por algún policía. Es la ostia ver que no solo nos movemos por la ley antidescargas. Y no solo en Madrid.
Más información:
A quemar contenedores.