Pseudo-tutorial: cómo crear un time-lapse

Nuestra amiga la wikipedia, nos define time lapse como «una secuencia de vídeo acelerada, donde los acontecimientos suceden a una velocidad mucho más rápida de la normal». Según esta definición cualquier vídeo a cámara rápida sería un time lapse, pero no es esa la idea.

La idea de la técnica time-lapse es mostrar en un corto espacio de tiempo un acontecimiento o serie de hechos que de otra manera tardarían horas o incluso días en ocurrir. Para ello, lo que se hace es tomar una serie de fotos con un intervalo de tiempo determinado entre cada una, que puestas en secuencia darían como resultado un vídeo a cámara rápida.

Y… ¿por qué simplemente no dejamos grabando en vídeo y luego lo ponemos en cámara rápida?

Si pensamos un poco, comprenderemos en seguida que es más óptimo hacer un montón de fotos que grabar vídeo durante horas. ¿Por qué? Por razones de espacio, necesidad de procesado… Pongamos por ejemplo que hacemos una foto cada 10 segundos durante una hora en alta resolución. Obtendríamos seis fotos por minuto, que multiplicado por sesenta minutos que tiene una hora, darían 360 fotos. 360 fotos en resolución normal-alta, pongamos que puedan ocupar unos 300-400 megas. Sin embargo, grabar vídeo en alta resolución durante esa misma hora, dependiendo de la compresión que utilicemos, ocuparía bastante más. Y es más común tener cámaras de fotos de varios megapíxels que cámaras de vídeo en HD.

El 27 de Mayo hice este time lapse con el iPhone y una aplicación para tal efecto:

Ayer, en el trabajo, dejé la webcam (una Logitech normalita) pegada al cristal de la ventana que tengo justo a la derecha, tomando una foto cada cinco segundos. Para ello utilicé el software «Gawker» para Mac, una aplicación gratuita pensada precisamente para la creación de time lapses. Una vez que finalizas la captura, la propia aplicación se encarga de compilar todas las fotos en un vídeo con la configuración que hayas puesto al iniciar la operación. Toda una jornada de captura resultó en un vídeo de entre cinco y seis minutos. Y además, sin apenas interés, porque se ve un bloque de viviendas detrás de una textura extraña, culpa de una lámina protectora que tienen los cristales de mi empresa. Pero bueno, para el ejemplo me sirve. Fijaos en las sombras que proyectan otros edificios, y sobre todo en las nubes, ya que pasó de despejado a nublado y se puede apreciar. He acelerado el vídeo resultante para hacerlo más ameno y ‘espectacular’ (dentro de lo que cabe):

Vale, ¿cómo lo hago?

Si trabajas con Mac, te recomiendo Gawker. Gratuito e intuitivo, permite parametrizar cada cuánto tiempo se toman las fotos, y cuántos frames por segundo queremos que tenga nuestro vídeo resultante. A más frames por segundo, más fluidez. También es recomendable una webcam externa, ya que si utilizas la integrada (o iSight), normalmente no obtendrás resultados muy óptimos. No es que sea demasiado movible ;)

Una vez hayas obtenido tu montón de fotos compilado en un vídeo (al terminar la captura, como os digo), podéis utilizar cualquier software de edición de vídeo para acelerar un poco la acción si veis que os ha quedado lenta la cosa, ponerle algún título o música de fondo… o podéis publicar el resultado sin más, si os gusta cómo ha quedado nada más terminar las capturas.

Si trabajas con Windows, Microsoft pone a tu disposición una de sus famosas «powertoys» para hacerlo, aunque prefiero una aplicación que se haya pensado para esta técnica. Tenemos, por ejemplo, Novalapse. Gratuita y configurable también. Desconozco si este programa da como resultado final un vídeo. Si no es así, con el propio Windows Movie Maker podréis importar toda la serie de capturas y crear un vídeo con ellas, y ya de paso titular o poner música de fondo.

¿A qué esperáis? Es un bonito experimento, fácil de hacer y al alcance de todo el que tenga una webcam, o dispositivo con posibilidad de programar disparos periódicos.