#Malamente
Bueeeeeno, nos habíamos quedado con todo mal. El trabajo mal, la vivienda mal, los nazis mal… todo mal. Ya lo decía Rosalía.
Pero ¿qué pasa? Que si deseas algo muy intensamente, se acaba cumprffffffffff xDD no, no se cumple una mierda por desearlo muy fuerte. Hay que mover el culo, currárselo y tratar de mejorar las cosas.
Que diréis «Jodo, ¿y has tardao 8 años en un trabajo infecto pa darte cuenta?». Bueno, no, pero uno encuentra fuerzas para hacer las cosas cuando las encuentra.
#FueAPorTrabajoY…
Estáis enfermos XD
No, no iba yo por ahí. Resulta que había una empresa molona, llena de gente molona y que yo tenía ya en mi radar desde hacía unos añitos. Una vez al año, hacían unas jornadas de puertas abiertas que llamaban «La Semana Marciana», donde se presentaban proyectos y prototipos muy locos que acabarían siendo -o no- vendibles o extrapolables a algún proyecto, digamos… más serio para algún cliente. Y yo iba. A ponerme los dientes larguísimos.
Yo quería trabajar ahí. Pero yo era windowsero. Ellos, linuxeros. Yo cobraba X y ellos pagaban X/2. Algunos de sus integrantes y yo ya nos conocíamos por twitter. Uno de ellos era amigo mío de toda la vida.
Y él me decía «Estudia DevOps, no seas ciervo». Y yo «meeeeeeeeeeeeh, qué pereeeeeeeeeza». Y él «liiiiiiinuuuuuuuuuuuuuuuuuux». Y yo «Perotío, que llevo doscientos cincuenta años administrando Windows…». Y él «kuberneeeteeeeeeeees». Y yo «gñééééé». Y él «terrafoooooooooorm». Y yo «eeeeeeeeew». Y él «ansibleeeeeeeee». Y yo «ME PUÉS HABLAR EN CRISTIANO POLFAVÓ TELOPIDO?».
Pasaron los meses, y yo seguía en la mierda.
#UnPequeñoFlashbackAl2018
Curiosamente, en diciembre de 2018 y por una serie de catastróficas desdichas, nuestra queridísima malospelos @q3scrum nos lió a @martixx y a mí para dar una charla en la #KOPON2018. Y ni más ni menos que sobre DevOps, sin ser nosotros nada de eso.
En otras circunstancias, yo habría dicho «ni de coña me meto yo a dar charlas de algo de lo que no tengo ni puta idea», pero mi estado mental era tal que dije «poooooooooofenga, igual hago networking dese y me sale algún curro, yo qué sé». Y p’allá que fuimos.
Lo enfoqué en plan «¿Qué es DevOps? Vamos a ver si nos enteramos todos juntos, porque yo no tengo ni papa», y @martixx, muy inteligente ella, fue a hablar de su libro (movidas de seguridad y JAQUERS) y a su manera. Yo intenté suplir mi falta de conocimientos con un par de vídeos pintones y una presentación -quizá demasiado- animada (*cough*). Ella no, a ella le bastó con contar sus experiencias y su día a día. Y triunfó como la cocacola.
La peña no tuvo suficiente con la charla de @martixx, así que en cada descanso para el café o para comer, le seguían preguntando mogollón de cosas. Rollo «¿qué eso de la seguridad? ¿Se come? OMAIGÁH».
#EstoNoIbaDelPuto2019?
Perdón, sí. Yo estaba hartísimo de todo. Me asqueaba la posibilidad de cambiar de curro para seguir haciendo lo mismo. Quería dejarlo.
¡Dejarlo! ¡Lo único en lo que he sido medianamente bueno toda la vida! ¡¡UNA PUTA CRISIS EXISTENCIAL A LOS PUTOS 40 AÑOS!!
El caso es que entre unas cosas y otras, eso de «DevOps» parecía molar. Tanto que puse lo de la charla en LinkedIn, y como ya aparecía la palabra clave «DevOps», las ofertas de trabajo se multiplicaron exponencialmente.
#EstáPasandoUnTrenQueNoPuedesPerder
Una llamada y esa frase. De mi colega de toda la vida desde la empresa molona. Da que pensar, ¿eh? Pues no creáis, no me lo pensé mucho.
¿Y si le damos una oportunidad a eso del linux? A eso de no tocar un Windows Server más ni con un puntero láser atao a un palo.
Y no, yo no di ninguna oportunidad. Me la dieron a mí.
Quiero decir: ¿qué clase de gente contrata a un nota sin tener ni reputísima idea de lo que va a tener que hacer más allá de saberse comando y medio de la consola? ¿Qué clase de gente te hace una entrevista comiendo en un mejicano y zanja todo con un «si te apetece y te ves capaz, padentro»?
Y fue el cambio que tanto necesitaba. Fue como dejarlo todo, pero sin dejarlo. Empezar de cero en otra cosa, pero en lo mismo.
La primera semana trabajé más que en los ocho años del curro anterior. Pero como soy un tío consecuente y me quejé -como sabéis- MUCHÍSIMO de que no me dejaran trabajar en el otro curro, pues… hala. A apechugar.
Y curro. Y aprendo. Y mejoro. Y me queda muchísimo por aprender. Y que mejorar. Y como podréis entender, ante la perspectiva de «dejarlo todo y meterme a vender berenjenas en la feria™» (esto se lo solté al jefazo nada más entrar y lo entendió como que me importaba lo mismo estar ahí que vendiendo berenjenas en la feria xD), estoy encantao. Un sitio en el que puedes contar con la gente, donde la gente cuenta contigo, donde puedes participar en cosas y donde INCLUSO te apetece seguir después del curro de cañas con la gente o INCLUSO traértelos de 10 en 10 a tu casa.
Muy loco.
En definitiva, fui a cambiar de curro y me encontré una familia. Gente a la que quieres desde el día 0. (Ya otro día os comento cómo la familia te hace sufrir mucho a veces, pero ciñámonos al asunto laboral de momento).
Y un lugar donde puedes ser tú mismo y ayudar a que los demás sean ellos mismos. Ambientazo diverso, inclusivo, con ganas y herramientas para ser mejores.
¿Quién no va a querer trabajar donde hay una tortilla que twitea, por el amor de dios?
Trabajo arreglao. Feliz.
#LoDelFondoBuitreYElAlquilerQué?
Pues primicia mundial, amics. Muy poca gente sabe esto, porque quise guardar la sorpresa para #MiMadre (que se enteró ayer), pero he conseguido comprarme un piso en Madrid.
Ya soy casta. Ya puedo votar a BOCS. ¡Un ático dúplex nada menos! ¡Con tres baños! ¡Con dos salones! ¡Y mi recreativa! ¡Con una cocina de medio centímetro cuadrado! Pero con terrazón para cuando haga buen tiempo y vengáis todos a traer cerveza y a bebérnosla.
El periplo de la compra ha sido un verdadero parto, pero la vida a veces te pone a gente delante que te facilita mucho las cosas. Pero MUCHO. Y a ver cómo agradece uno tanta bondad. A VER. CÓMO.
Así que se acabaron (al menos por muuuuuuucho tiempo) las mudanzas, los cambios unilaterales de contrato, las renovaciones abusivas, las estupideces de los caseros de turno y todo eso que me había traído de cabeza tantos años desde que me independicé.
Alegraos por mí, cojones.
Vivienda arreglá. Feliz.
#TúTeDrogas
De hecho, no. A ver, no soy gilipollas. Sé que en tós laos cuecen habas, y habas hay pa cocer, pero creedme que este cambiazo para mí ha sido un punto de inflexión. Dejadme disfrutarlo mientras dure, que me lo merezco. A mis 40 años.
#Moraleja?
Si la hubiera, sería lo que os dije al principio: si no os gusta cómo os van las cosas, moved el culo. Vale que a mí me han dado oportunidades y facilidades, pero algo habré hecho para ganármelo ¿no? VAMOS, DIGO YO.
Tengo tanto que agradecer y tanta gente a la que agradecérselo que no sabría ni por dónde empezar. A todos y cada uno de los que habéis participado y habéis hecho posible todo este proceso de cambio: gracias. Desde lo más profundo de los órganos que todavía me quedan.
Y hay una (1) unidad de persona a la que sí me gustaría mencionar y agradecer. Nada de esto hubiera sido ni remotamente imaginable de no ser por ti, Dr. León. Love you!
#ValeValePeroYLosNazis?
Eso está en vuestra mano, cabrones. No votéis a nazis. No seáis nazis. No respetéis a los nazis. No les difundáis sus nazismos. Condenadlos al olvido. NAZIS, CACA.
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