Javier Lobo

Estáfame, Apple, que me gusta.

Ya, ya sé que llegarán comentarios haters de «esto te pasa por pagarle a Apple» y de «un Wikko de 100€ te da el mismo servicio». Os los podéis ahorrar, de verdad. O no, servíos.

La cosa es que hoy me he dado cuenta de que el cristalito que cubre la cámara de mi iPhone 6s está roto mientras cambiaba la funda por otra nueva. Dos grietas justo a los lados de la lente. Sí, ese cristal supuestamente de zafiro que no se quiebra ni aunque le pase por encima una manada de rinocerontes con diamantes en las pezuñas bailando claqué. Ese. Por suerte, no afecta a la cámara -de momento- porque no pasan por delante de la lente. Son tan finitas que apenas se ven en esta foto que me ha costado la vida enfocar con un iPhone 4s de un compañero:

Cracks

Y lo típico: cacharro con funda puesta desde el día 1, cuidado al máximo (los que me conocéis sabéis que cuido mis mierdas como si me fuera la vida en ello), ningún golpe, etc. Eso que decimos todos cuando llevamos algo roto al servicio técnico («¡YO NO HE SIDO!»), pero de verdad. Sé de qué va esta mierda, me traen cinco o seis teléfonos reventados al día diciéndome que se han roto solos, y nunca les creo -obviamente-.

El caso es que con cierta tranquilidad, ya que contraté el Apple Care el día de la compra (el «seguro ampliado»), he abierto chat con el servicio técnico de Apple. Y lo que ha ocurrido es esto:

Apple (cegado)

¿TL;DR? Resumo: Apple considera que esto no entra en garantía (que puedo llegar a entenderlo), pero quiere cobrarme 351,10€ por un cristalito del tamaño de media uña de meñique. Oquei, Apple.

Jacob, el técnico que me ha atendido en el chat, ha concertado una cita telefónica con un asesor a eso de las 14:00. Os mantendré informados. Mi cabreo y yo nos vamos a comer.

UPDATE (14:30h): 

Una llamada muy puntual desde Irlanda mientras estaba comiendo. Un señor muy amable del SAT de Apple me confirma lo que Jacob me dijo por chat. Le digo que puedo entender que no se crean que no le he dado ningún golpe a mi iPhone y que lo que realmente me indigna es el pastizal que me quieren cobrar por la reparación. Debo caerle bien al tipo (o es el procedimiento, no sé) porque me dice que PUEDE SER que sea un defecto de fabricación fiándose de mi palabra, PERO que eso lo tiene que valorar ya un técnico en persona y PUEDE que me dé la razón o no. Me da varias opciones para mandar el iPhone a reparar, aconsejándome que no haga uso de mi derecho al teléfono de sustitución por tener contratado el AppleCare porque si finalmente opinan que ha sido negligencia mía, me cobran el pastizal y me retienen parte de una fianza que tengo que depositar cuando me lo den. De locos.

ApolPLS

Tengo la cita para el martes por la tarde. Hasta entonces, #PrayForLobo’sFirstWorldProblems.

Update 2: Final feliz

Tuve que aplazar la cita en el Genius Bar porque tenía que grabar podcast. Al final he ido hoy, viernes, y llevaba un discurso preparadísimo, todas las ganas de pelear por mis derechos, y todas las tácticas posibles para que el Genius empatizara conmigo. En lugar de todo eso, lo que ha ocurrido es:

-A ver, cuéntame.
-Pues mira, el cristal de la lente está roto por dos sitios y el iPhone no tiene ningún golpe.
-Hm… cuando hay golpe, se nota. Es la tercera vez en mis años currando en Apple que veo algo así. Desgraciadamente, la pieza no se puede cambiar, así que no queda más remedio que cambiar el teléfono entero.
-O_o
-…
-O… oquei.
-Vale, pues desbloquéamelo que voy p’adentro a comprobar unas cositas y te saco el nuevo.
-…
-Toma, ponle la SIM, compruébalo, fírmame aquí y ya está.
-Snif… gracias.

EN FIN. Apple, todo correcto. Todo correcto excepto que en un primer momento el nivel de desconfianza del técnico de atención al cliente hacia el cliente fue total y absoluta. Aunque sea mentira, dadles a los clientes el beneficio de la duda y suavizad el tema antes de dar por hecho que la respuesta a todo es «NO, PAGA».

Arf.

Until Dawn

Pocas veces me ha impresionado tanto un videojuego como para dedicarle un ratito a escribir sobre él en el blog. Aviso de posibles SPOILERS flojitos, ojo. Intentaré meter los menos posibles, pero alguno se colará. Nada vital para la historia, palabrita.

Útimamente no estoy nada puesto en el mundillo, y quitando las cuatro franquicias de toda la vida cuya siguiente entrega se tira uno esperando media vida como agua de mayo, sólo paso por encima cuando leo noticias y novedades. Y claro, todo el mundo estaba pendiente del nuevo Metal Gear – The Pantom Pain.

No supe absolutamente nada de Until Dawn hasta el día antes del lanzamiento. Shame on me, lo sé, pero es la verdad. Y lo que me llamó la atención fue ELLA, tan mona como siempre, a la vez tan real y tan digital, tan rubia y tan riquiña: Hayden Panettiere.

Sam

Conoceréis a Hayden los que hayáis visto series como Heroes, Ally McBeal e incluso esporádicamente en Malcolm in the Middle. También es cantante y activista ecologista y ha puesto voces a personajes de animación, pero eso es otra historia.

Cuando me puse a investigar un poco más sobre el juego, vi que también participaban otros actores famosos, como Peter Stormare (que vimos por ejemplo en Armageddon,  haciendo de Lucifer en Constantine o como el mítico jefe mafioso John Abrucci en Prison Break) y el tan de moda Rami Malek, protagonista de Mr. Robot.

Josh

Obviando el hecho de que el juego se presenta con unas gráficas padres (que dirían @El_Fa o @SeoWelsh) realmente fotorrealistas en muchos momentos del juego, leí que la historia se basaba en un guión de diez mil páginas. Luego el propio juego me aclaró que se acercaba más a mil, que no está nada mal. Por esto, la historia debía estar cuanto menos, currada. Y no es algo que podamos decir de muchos juegos últimamente.

Y la historia puede ser el punto fuerte y flojo a la vez del juego: es una peli slasher de manual. Amigos reunidos en una cabaña perdida lejos de la civilización y acosados por un maníaco homicida que parece tener algo personal contra todos ellos.

El efecto mariposa

Nada más empezar el juego se nos advierte: todas las decisiones que tomemos influirán de una manera u otra en el desarrollo y el final de la historia. Como aquellos míticos libros de «escoge tu aventura». Más o menos. Vamos, que la puedes liar parda por una chorradita.

La cosa empieza fuerte. Diez amigos en una cabaña. Dos de ellos, casi en coma etílico, parecen no formar parte de la broma que le gastan a una de las chicas. Tampoco Sam (Hayden Panettiere), que parece la única que le pone un poco de cordura al asunto. Pero la broma sale mal, la víctima de la broma sale corriendo hacia el bosque en medio de un temporal de nieve, y su hermana va en su busca. Todo con un desenlace fatal para las dos.

Un año después, Josh (hermano de las chicas desaparecidas) convoca a todos los amigos en el mismo sitio para… ayudarle a pasar página. Los chicos aceptan y empieza a desarrollarse la aventura en la que realmente tenemos poder de decisión. Según qué hagamos y cómo juguemos, podemos llegar al final del juego con los ocho personajes vivos… o con todos muertos. Todo con unos tintes de mitología de los indios americanos que nos cuenta más cosas de las que parecen estar pasando.

Oink!
Oink!

Como «película slasher interactiva» al uso, tendremos clichés del género de todo tipo. Y no son casualidad. Tendremos los sustos típicos, persecuciones, gore (no se han cortado con el gore, por suerte), escenas subiditas de tono (nada explícito, ntchs), fantasmas… ¡incluso una escena típica de ouija! Y algunas cosas más que no desvelaré aquí.

Los escenarios serán siempre lúgubres, oscuros y junto con la banda sonora del juego, formarán una atmósfera de tensión realmente bien conseguida. Ya sabéis lo que dicen siempre con los juegos de este tipo, que para disfrutarlos a tope hay que jugarlos con la luz apagada y el volumen considerablemente alto.

Warning - Cliff
Warning – Cliff

Dado que nuestras decisiones y actos son tan importantes para el desarrollo de la historia, contaremos con un curioso sistema de pistas. En realidad son como premoniciones que obtendremos al ir recogiendo unos tótems que están desperdigados por todo el escenario. Algunos avisan de muertes, acciones o pérdidas personales, pero tampoco sabremos cómo llegar a esa conclusión o cómo evitarla en la mayoría de los casos.

Totems

También iremos recogiendo evidencias de tres casos extraños concretos que iremos investigando a lo largo del juego.

Es un juego que puedes ver en YouTube

Siempre me ha hecho mucha gracia esta gilipollez. Lo escuchamos mucho en su día cuando salió Metal Gear 4, porque casi todo eran cinemáticas. Aunque se empeñan en comparar Until Dawn con juegos como Heavy Rain, lo cierto es que en este caso manejamos a los personajes más a nuestro antojo. Sí que es verdad que muchas escenas son predefinidas y sólo nos dejan hacer elecciones en un momento dado o pasar un par de quicktimes, pero ya os digo: el juego se juega y se disfruta. Verlo en YouTube le quita la emoción, la implicación en la historia y el «qué hubiera hecho yo».

Efectivamente, Hayden.
Efectivamente, Hayden.

Una peli de suspense/terror de unas diez horas

Imaginaos que alguna de Pesadilla o de Scream hubiera tenido guión como para durar diez horas. Salvando las distancias, algo así es Until Dawn. Sólo que (al menos en mi caso), nada más acabarlo y ver cómo terminaba, tuve que volver a empezarlo para tomar decisiones diferentes a ver qué cambiaba y cómo.

Y efectivamente. Algunos personajes mueren de forma grotesca por tomar la decisión equivocada. Esa que, cuando ves una peli de este tipo dices «joder, qué imbécil… ¿por qué haces eso en vez de correr?». Pues aquí te pasa lo mismo: sólo tienes un momentín para decidir qué hacer, y a veces correr no es la mejor idea. O esconderse puede significar meterte en tu tumba para siempre. O no coger un atajo, que te quedes a dos velas el fin de semana. ¡Ah, la vida!

¡Bicho, biiiicho!
¡Bicho, biiiicho!

Los personajes

Pues clichés también. Está el musculitos, la bitch, el nerd, la guapa tontilla, la guapa listilla, el traumas… En algún momento del juego manejas a todos y cada uno de los ocho personajes. En mi caso, los que peor me caían fueron los que más me duraron vivos (aunque claro, por muchas ganas que tuviera de matarlos, mi intención inicial era salvarlos a todos).

Algunos te caerán mejor y otros peor, obviamente. Te identificarás más con unos que con otros, y alguno se granjeará tu odio casi desde el primer momento del juego. Luego ya lo que hagas con ellos es decisión tuya.

Hay un par de personajes no jugables que tendrán cierta relevancia en la historia. Uno de ellos es nuestro psicólogo.

Episodios

El juego se divide en episodios. De hecho, cuando empezamos uno nuevo, aparece el clásico «Anteriormente en Until Dawn», haciéndonos un resumen de lo que ya ha ocurrido en los episodios anteroires. Todo un acierto.

OJO: Si queremos volver atrás en algún episodio para tomar una decisión diferente, sólo veremos los cambios en ESE episodio. El siguiente se quedará tal y como lo jugamos la primera vez. Para ver cambios reales en la línea temporal de la historia, me temo que hay que empezar de nuevo. Sep. Putadón.

Entre episodio y episodio, veremos cómo nuestro psiquiatra (interpretado por Peter Stormare) nos va haciendo unas preguntas de lo más curiosas, cuyas respuestas también influirán en la línea de tiempo de la historia.

El tipo es bastante peculiar, y no nos trata como un psiquiatra trataría a su paciente. De hecho, lo veremos bastante sarcástico y amenazador. Agresivo, incluso. Curioso cómo cambió este hombre en la segunda vuelta que le di al juego para matarlos a todos, jijiji…

Psicoanalízame esta
Psicoanalízame esta

El miedito

En Supermassive Games han hecho un grandísimo trabajo con la música, los gráficos, las actuaciones y la ambientación. Los ángulos de cámara ayudarán en muchas ocasiones a aumentar la tensión, mostrándonos en primer plano cosas creepys que pueden ser peligrosas o no.

¡El gran hermano os vigila!
¡El gran hermano os vigila!

No hay muchos jumpscares (sustacos), aunque algunos hay. Es la angustia del personaje que vamos manejando lo que nos hace empatizar con ellos y pasarlo mal. Aunque el juego también nos hace algunos regalitos, como llevar a Sam un rato en toalla, o un par de primeros planos de partes anatómicas bien marcadas por los pantalones ajustados de las chicas. También hay un musculitos en camiseta de tirantes, que nadie se ponga nervioso.

Vas a coger frío, Sam...
Vas a coger frío, Sam…

En uno de los episodios, es una posibilidad que un lobo se haga coleguita nuestro. Claro, que también es una posibilidad que pase lo contrario. En fin, fue una gozada pasear por un manicomio abandonado con un amigo peludo cuadrúpedo para este, vuestro servidor.

Who let the dogs out?
Who let the dogs out?
Who, who, who, who!?
Who, who, who, who!?

¿Y lo malo?

Es cierto que el juego tiene un par de fallitos muy tontos (que yo haya visto de momento). En uno de los episodios, una de las chicas se empeña en llamar a otro personaje, aunque lo ha visto morir con sus propios ojos un par de episodios antes. Esa parte es igual tanto si ese personaje muere como si se salva. Y al final, un par de personajes pasan asqueados por un lugar lleno de cadáveres donde dicen que hay «muchos cuerpos» aunque sólo haya uno. Aunque puede haber más, claro, pero cuando hay sólo uno, también lo dicen. Pero vamos, un par de tontadas que no desmerecen para nada al conjunto total.

Valoración

Mira, con valoración final y todo, como en las revistas de videojuegos de los 90, jijiji… En definitiva: una delicia de juego. Graficazos, una gran historia, gore, sustos, tensión, doblaje notable (con una opción para jugar la aventura en versión original) y con todas las papeletas para ser rejugado varias veces más para ver cómo mueren los personajes, cómo mueren en otras situaciones, o cómo cambian los finales. Los extras son muy chulos (unos cuantos making-of y un par de minidocumentales y entrevistas con los actores reales), o una historia del pasado en forma de vídeo que iremos viendo con o sin cortes, dependiendo de cuántas pistas y tótems hayamos recogido durante el juego.

LoboAwesómetro:

9/10 estrellacas. Que te lo compres, coño.
9/10 estrellacas. Que te lo compres, coño.

Y jugar con Hayden Panettiere en toalla. Y en pantalones de yoga. Oh, sí.

¡¡Hasta luegooooo!!
¡¡Hasta luegooooo!!