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Los iluminados

No me queda más remedio que ponerme en modo Wardog (respect, nigga), porque llevo una temporada en el curro que vivo sin vivir en mí.

Por avatares y visicitudes del destino (si lo leéis con la voz de Millán es más gracioso), en mi curro hay un sexy, simpático, habilidoso y perfeccionista sysadmin haciendo de CAU. Cogiendo el teléfono a los lusers, vamos. Un sysadmin que debería estar buceando entre proyectos molones, trillones de servidores virtuales y físicos, optimizaciones aquí y allá.

Pero está cogiendo el teléfono a los lusers.

Y tratando de que los HIGINIEROS hagan algo bien.

Y ese sysadmin, amigos, soy yo.

Dejando aparte lo que esta situación me está provocando en lo más profundo de mis coj de mi ego, la verdad es que estar tan en contacto directo con los usuarios es una verdadera fuente de risas, llantos, desesperación y ganas de matar despacito. Y esto, amigos, se incrementa sobremanera cuando los lusers se reincorporan al trabajo después de un puente, como es el caso.

Imaginaos por ejemplo que os llama un señor con voz de camionero aguardientoso, y la conversación surge así:

-Soporte, buenos días…
-Sí, oye, soy Luisi Gómez y se me ha bloqueao esto otra vez.
-Er… ¿perdón? ¿Eres?
-Luisi Gómez.
-Tienes una voz muy masculina, Luisi…
-QUE NO, COÑO, QUE LUISI ES MI USUARIO. YO ME LLAMO LUIS IGNACIO.
-Acabáramos. Menos mal…

También tenemos el claro ejemplo de usuario al que, en vez de ordenador, le podrías poner… yo que sé… una licuadora Moulinex para trabajar, y el resultado sería el mismo. Ninguno.

-Soporte, boquepacha.
-Hola. Oye… que no sé entrar.
-¿A dónde?
-Aquí, a esto.
-Define «esto».
-¿Eh?
-Que necesitaría un poquito más de precisión.
-Joer, ya… pues que acabo de llegar y no puedo entrar.
-¿No te abre nadie la oficina? ¿No tienes llave?
-Aaaaaaaah, jajajaja, noooooo. Al ordenador, hombre.
-¿Ves? Concreción, buena. Ambigüedad, mala. ¿Qué ves en pantalla?
-Lo de meter lo del usuario y eso.
-Ahá, y… ¿has metido tu usuario?
-Nnnno…
-No has metido tu usuario.
-Nnnooo…
-Y has decidido llamarnos porqueeeee…
-Es que no sé.
-Que no sabes ¿qué?
-No sé qué poner.
-¿No sabes qué poner donde tienes que poner tu usuario?
-Eso. Eso es.
-¿No te sabes tu usuario?
-Sí, claro que lo sé.
[Sudor frío]
-Entonces, ¿por qué no pones el usuario que te sabes donde tienes que poner tu usuario?
-Ah, ¿es eso lo que tengo que poner?
-¿Qué otra cosa se te ocurre que podrías poner en un campo donde te pide tu usuario?
-Ah, ¿yo qué sé?
-¿Eres nuevo?
-Qué va, llevo 8 años aquí.
-En fin, ¿algo más?
-Nada más.
-Oye, una cosa.
-Dime.
-Donde pone «Contraseña», tienes que poner tu contraseña.
-Ya, coño. No soy imbécil.
-¡No, por dios, cómo se te ocurre!

Luego tenemos una luser en concreto que siempre tiene problemas. Siempre. Con todo. SIEMPRE. CON TODO. Como sale su nombre cuando llama, ya sabe uno cómo contestar.

-Teléfono de la esperanza.
-Q… ¿perdón?
-Queeeeee qué se te ofrece esta vez.
-Ah. No me va nada.
-Mujer, ¿no te va la vida? ¿No te va el amor?
-No, en mi ordenador. QUE NO VA NADA.
-Dame más datos. ¿Algún mensaje de error? ¿Algo raro?
-No nada, que no va nada. No sale nada.
-No veo por tus ojos, y Sandro Rey me robó mis poderes de megavidencia positrónica.
-¿Qué?
-Que me tienes que decir algo más. Si has conseguido entrar en tu sesión, si estás intentando ejecutar algo, no sé… ALGO.
-No, porque no veo nada, está la pantalla en negro.
-Aaaaah. Enciende el monitor.
-Está encendido.
-ENCIÉNDELO MÁS.
-¿Cómo?
-Que le des al botón de encender el monitor.
-Pero bueno, que yo sé c… ah… huy.
-Bonito ¿eh?
-Bueno, vale, pero aparte…
-¿Si?
[Se oyen clicks de ratón compulsivos]
-…
-¿Hola?
-…
-Bendiciones… y buenas noches.

Luego están los de «voy a ver si…». Lo entenderéis leyendo la conversación a continuación:

-Soporte o algo.
-¿Quién eres?
-No tenemos nombre. Somos un ente abstracto e innombrable.
-No, venga, joder.
-Algunos me llaman Señor Lobo.
-¡Coño, Javier! ¡Qué bien me viene que seas tú!
-Alabado sea yo.
-Seguro que pilotas mogollón de Access.
-Yo sólo piloto mi Wolfen privado.
-No, mira, es que tengo una base de datos y estoy haciendo unos formularios. Entonces, no enganchan con los campos que estoy poniendo y…
[Pongo el sonido de grillos en el móvil]
-¿Qué ha sido eso?
-La onomatopeya de la desolación.
-¿Qué?
-El vacío de mi alma.
-¿Cómo dices, chacho?
-La soledad del cosmos infinito.
-Ah, que no me vas a ayudar ¿no?
-Si le das al icono de Access, ¿arranca?
-Sí.
-Bien, hasta ahí llega nuestro cometido.
-Jo, vale, me busco la vida.
-Me encanta que lo entiendas casi a la primera.

 

Bullshit-o-matic

 

En fin, sólo unos cuantos ejemplos de los cientos de cosas que me están drenando la energía y las ganas de venir a currar últimamente. Que sé que os gusta leer mis degracias.

Besico a María Jesús, compi de curro, que ha descubierto el blog y no se va a chivar a nadie (porque también aguanta lo suyo).

Lo que probablemente te ocurra al darte de baja de Ono

Todos sabemos que en este bendito país (quizá también en parte del extranjero) es práctica habitual de las empresas telefónicas maltratar a sus clientes una vez que los han captado y los tienen bien atados con un contrato. Pero empecemos por el principio.

Contraté la fibra de Ono (la de 50 megas) hace unos años sabiendo que, aunque era caro, darían un servicio de calidad. Y en un principio, así fue: el instalador fue rápido, correcto, limpio y profesional. El servicio era inmejorable y la velocidad de descarga, realmente obscena. Yo venía de una lamentable experiencia con la ADSL de Orange, y aquello era como el paraíso de los ciberbits. No podía decir nada malo de ellos, así que les dejé constancia en su Twitter de lo contento que estaba junto con otros tantos usuarios:

Al contratar en promoción, creo recordar que no llegaba a pagar ni 52€ al mes por lo que contraté: 50 megas + teléfono + TV. En mi antiguo piso no se veía la TDT por alguna estúpida razón y el casero pasaba tres kilos de arreglarla. Lo normal. Pasado el tiempo de la promoción, el precio subió a unos 76€ al mes. Carísimo, pero seguían ofreciéndome un gran servicio.

Poco después empezaron a pasar cosas raras. El router se reseteaba varias veces al día, me hacían actualizaciones remotas que me desconfiguraban mi WiFi, mis puertos abiertos, mis DNS dinámicos… Un par de averías masivas… pero aún así, nada que ver con el desastroso ADSL que había tenido antes con Orange.

Gracias a un amigo sevillano que trabajaba en el call center de Ono, conseguí una rebaja sustanciosa en la factura, y es que tienen promociones bastante buenas de las que nunca informan a no ser que quieras darte de baja. Una de esas promociones puede llegar a ser varios meses gratis y luego un descuento de un 50% en la factura, así que os animo a amenazar con daros de baja si veis que se os dispara la facturación.

Llegó el momento de mudarme de piso, y consulté en la web de Ono si en el nuevo tendría cobertura para fibra. No era así, todo lo que podían ofrecerme era ADSL de 12 megas teóricos por cobre, así que pedí la baja para contratar la fibra de 100 megas de Movistar con su sorprendente precio, condiciones y no-permanencia. Mi ciclo de facturación vencía el 28, y llamé el 26.

Ono tiene un teléfono de atención al cliente de pago, y aunque busqué en No Más 900, no encontré ninguna alternativa que no fuera la de pasar por el aro. Y esto fue más o menos así (editado con datos más precisos porque finalmente encontré la grabación):

  • Unos minutos de contestadores, menús de opciones, música de espera.
  • QUIERO DARME DE BAJA.
  • Más música, y aparece teleoperadora amable número 1.
  • Expongo los motivos de mi baja (mudanza y falta de cobertura en el piso nuevo).
  • La teleoperadora me explica que si me quedo con Ono, tengo un descuento del muchísimosporciento en la factura durante los próximos seis meses.
  • Le explico (de nuevo) que es que me voy, que no tienen cobertura en el nuevo sitio, que no puedo seguir con ellos ni aunque quiera.
  • Me vuelve a explicar la promoción por si conozco a alguien que se queda quedar CON LA LÍNEA Y CON MI VIEJO PISO.
  • ¿Perdone?
  • Que no deje escapar la oportunidad, que aunque yo me vaya del piso, la línea puede quedarse para quien venga.
  • Oiga, no sé quién va a venir, si es que va a venir alguien.
  • Insiste y empiezo a ponerme serio.
  • Me pasa con una compañera para cursar la baja.
  • Aparece teleoperadora número 2, menos amable, a la que tengo que explicarle de nuevo todo el tema y darle todos mis datos otra vez.
  • Me vuelve a explicar la misma promoción que la teleoperadora anterior.
  • Le digo que ya lo sé, que ya me lo han explicado, que quiero mi baja.
  • Insiste.
  • Flipo en colores y pido por favor que cursen mi baja de una santísima vez.
  • Me dice que sin problemas, pero que tengo que devolver los equipos (router y descodificador de TV) para que no me los cobren.
  • Le pregunto que cómo lo hago.
  • Me responde que me enviarán unos sobres acolchados grandes a mi domicilio para que los meta dentro y los envíe por mensajería.
  • Le digo que sin problema, PERO que tenga en cuenta que me mudo. Que si envían los sobres a la dirección actual, no voy a estar para recogerlos.
  • Me contesta que sin problema, me pide la nueva dirección y se la doy.
  • Me confirma la dirección.
  • De acuerdo, le tramito la baja.
  • Eso me han dicho ya cuatro veces y sigo haciendo el idiota y gastando dinero en esta llamada.
  • No se preocupe, está todo cursado. ¿Alguna pregunta más?
  • Sí. Mi ciclo de facturación termina el 28. Yo pido la baja inmediata. ¿Me cobrarán algo pasado el 28?
  • No, señor, la baja se cursa hoy, no entraría consumo en el nuevo periodo de facturación, no se preocupe.
  • ¿Seguro?
  • Seguro.
  • Vale, grac…
  • Le transfiero a un breve test que blablabla…
  • Sin saber la que vendría después, puntúo por encima de CERO y cuelgo.

Dos teleoperadoras y cerca de 25 minutos para darme de baja. Si buscamos un poco para ver si es una práctica habitual, un par… de cientos de twiteros nos lo confirmarán:

Total… desmonto los cacharros, doy orden a mi banco de que no paguen ninguna factura de Ono posterior al 28, y termino mi mudanza. Pasan los días y los meses, y de repente, sin avisar ni nada, llega este correo:

217

¡ZASCA! Una factura de dos meses después de darme de baja con una cantidad absurda. Llamo desde el curro, y me cuentan que es porque no he devuelto los equipos. Les pregunto si les dan subvención por contratar a gilipollas, porque especifiqué clarísimamente que debían enviarme los sobres a mi nueva dirección. La teleoperadora que me atiende me dice que no, que nadie apuntó nada de mi nueva dirección, así que habrán enviado los sobres a la antigua.

Le vuelvo a decir que me los envíen a la nueva, que yo los equipos los envío encantado, que no los quiero para nada. Me dice que sin problemas. Le digo que esa factura, fuera. Y me dice que sí, que no me preocupe.

Pasan los días, y recibo este correo:

Mail Intrum 1

El colmo ya. Ono me echa a sus perros por un fallo que han tenido ellos. Así lo dejo constar en Twitter:

Empiezan los retwits y las respuestas de otros usuarios afectados por casos similares. Los CM de Ono me responden con su -supongo- procedimiento habitual:

Captura de pantalla 2013-04-25 a la(s) 14.36.47

Llamo a esta gente de Intrum Justitia, les explico el caso y se desentienden amablemente diciéndome que lo aclare con su cliente. «Oiga, miren, es que su cliente es imbécil y ya he perdido la cuenta de las veces que lo he explicado…». Me dan la opción de pagar, y que ya si eso se me devolverá. Les digo que ni de coña.

Vuelvo a llamar a Ono y explico todo el tema. Me vuelven a decir que nadie ha apuntado mi nueva dirección en el caso que tengo abierto. Desespero. Vuelvo a dejar los datos confiando en que no se los den de comer a la cabra que tienen en el call-center.

12 días después, recibo un nuevo correo de Intrum Justitia. Igualito que el primero. Me agarro tal rebote que me voy a casa decidido a denunciarles a Consumo y al Tribunal Supremo si hace falta. Y oh, casualidad… abro el buzón, y allí está el sobre gigante acolchado para devolver los equipos. ¡Junto con dos cartas más de PUBLICIDAD DE ONO! Poquísima vergüenza:

Hijoputismo

Meto como puedo el router y el descodificador, fuentes de alimentación, cables y mando, y llamo a la empresa de mensajería para que lo recojan.

En la empresa de mensajería me dicen que no hace falta todo, que solo quieren el descodificador. Flipo. Le digo que por mis cojones se llevan toda la mierda, que yo no la quiero. Vienen a recogerla y se van.

Pasan dos días y la factura sigue vigente. Vuelvo a llamar, tanto a Ono como a Intrum, y ya me confirman que tienen los equipos en sus almacenes. Proceden a cancelar la factura.

Resumiendo: ¿incompetencia o intento abusivo de desesperar al cliente para que no se dé de baja? Me decanto por AMBAS. Dejo aquí mi experiencia por si a alguien puede servirle de algo.

Suerte.